25 May 2025
La emboscada en el Despacho Oval no termina mal
El pasado 21 de mayo, una delegación del gobierno sudafricano, liderada por el presidente Cyril Ramaphosa, realizó una visita oficial a la Casa Blanca en un esfuerzo por mejorar las deterioradas relaciones entre Pretoria y Washington y establecer las bases para un acuerdo comercial.
El presidente estadounidense, Donald Trump, lleva meses denunciando que Sudáfrica comete un “genocidio” contra la minoría blanca del país", los llamados afrikáners, una acusación que es falsa. El encuentro, celebrado en el Despacho Oval y abierto a la prensa, comenzó con un diplomático diálogo, pero el tono cambió repentinamente, recordando a la infame reunión entre Trump y Zelenski en el mismo escenario. Trump mostró un vídeo que supuestamente respalda la tesis del genocidio, pero que la agencia de prensa Reuters más tarde identificó con imágenes grabadas en la República Democrática del Congo. Ramaphosa no respondió a la provocación: expuso claramente que, si bien Sudáfrica sufre un problema de violencia, no está dirigida específicamente contra la población blanca. Los afrikáners que formaban parte de su delegación, entre los que estaban dos jugadores profesionales de golf (el hobby favorito de Trump), respaldaron a su presidente, algo que Trump pareció tomar en gran consideración. Posteriormente, en la rueda de prensa, el estadounidense mostró dudas sobre sus propias acusaciones, lo que el gobierno sudafricano ha leído como un éxito. Además, Washington también ha abierto la puerta a participar en la cumbre de líderes del G20 que se celebrará en Johannesburgo en noviembre. Esto es otro logro para los sudafricanos, que han sufrido meses de boicot a su actual presidencia rotatoria del grupo. Por último, los dos países han acordado seguir dialogando para fortalecer su vínculo comercial. En conclusión, pese al ruido creado por la emboscada, la delegación de Ramaphosa considera que el resultado de la visita ha sido positivo.