09 feb 2025
Las presiones de Trump dan sus frutos
Panamá ha anunciado que su Gobierno no renovará el memorándum de entendimiento sobre la Ruta de la Seda, conocida como Belt and Road Initiative (BRI) tras la creciente presión de EE.UU., que exige reducir la influencia china en el Canal de Panamá.
En su comparecencia pública, el presidente Mulino ha asegurado que “estudiaremos la posibilidad de terminar antes” el acuerdo con el gigante asiático, cuya renovación está prevista para finales de 2026. La decisión convierte a Panamá en el primer país latinoamericano que se retira de la ambiciosa iniciativa del presidente Xi Jinping. Washington señala como una de sus principales preocupaciones la presencia de la empresa hongkonesa CK Hutchison Holdings, que gestiona dos puertos clave en la vía interoceánica. Aunque no hay pruebas de que Pekín controle el canal ni indicios de actividad militar china, el gobierno de Trump teme que estas inversiones le otorguen ventaja en un eventual conflicto. En respuesta, Panamá ha iniciado auditorías a las empresas chinas y reforzado su cooperación con EE.UU. en materia de seguridad.
Otro punto de fricción ha sido la afirmación del Departamento de Estado de que los buques de guerra estadounidenses tendrían tránsito gratuito por el canal, lo que fue desmentido por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y por el presidente José Raúl Mulino, quien calificó la declaración como una “falsedad intolerable”. Mulino ha reafirmado la soberanía panameña y ha señalado que cualquier cambio en las tarifas debe ser decidido por la ACP. China, por su parte, ha criticado la injerencia estadounidense y reafirmado su respeto por la soberanía panameña. EEUU es el primer usuario del canal de Panamá, con el 74,70% de la carga que transita, seguido de China, con el 21,4% de la mercancía. El canal es una ruta clave para el comercio mundial, facilitando el tránsito de cerca del seis por ciento de los intercambios globales y el 57,5% de la carga en contenedores que viaja desde Asia a la costa este de EEUU.