14 sep 2025

Aumento de la capacidad manufacturera

El incremento de los aranceles, el aumento de la inversión extranjera y la depreciación del dólar estadounidense respaldan la competitividad del sector manufacturero estadounidense.

Ya durante la presidencia de Joe Biden el país experimentó un auge en la construcción de fábricas como resultado de los desembolsos de los distintos programas de apoyo público, lo que desembocó en una expansión sostenida de la capacidad industrial de Estados Unidos, la primera vez que ocurría desde 2008. Se espera que esta tendencia continúe durante el mandato de Donald Trump. La ley One Big Beautiful Bill Act contempla la deducción del 100% de los gastos de capital en fábricas y equipos de fabricación, lo que previsiblemente estimulará la inversión en equipamiento y construcción de nuevas instalaciones. Sin embargo, a pesar de que la capacidad industrial se encuentra en máximos, no ocurre lo mismo con la ratio de utilización que, en julio de 2025, se situó en el 76,7%, un nivel reducido en comparación con la serie histórica. El aumento de las instalaciones manufactureras enfrenta la falta de personal cualificado para trabajar en ellas. La consultora Deloitte pronosticó en abril de 2024 que el sector podría necesitar hasta 3,8 millones de trabajadores adicionales para 2033 y, previsiblemente, la mitad de los puestos no se cubrirán. Además, la política de deportaciones del presidente Trump agravará más si cabe la escasez de mano de obra, dada la dependencia de la economía estadounidense del trabajo de la población extranjera. La política migratoria también puede disuadir la inversión extranjera, como reflejan los incidentes en una planta de baterías para vehículos eléctricos en Georgia. Una redada en la fábrica, propiedad conjunta de Hyundai Motor y LG Energy Solution, terminó con la detención de 300 trabajadores surcoreanos el pasado 4 de septiembre. Por último, la política arancelaria aumenta los costes de las empresas que dependen de las importaciones y resta rentabilidad a muchos productores industriales. En resumen, los fabricantes estadounidenses aún tienen margen para ampliar su producción, pero se enfrentan a serias limitaciones de mano de obra e insumos, lo que va a obstaculizar el anhelado “renacer industrial” de la administración estadounidense.

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