24 mar 2025
La importancia del PER y de otros ratios financieros en una empresa
Los ratios financieros son indicadores clave en la estimación de la salud financiera de cualquier empresa. Permiten establecer relaciones directas entre diversas magnitudes presentes en los estados contables, como la solvencia o la liquidez, proporcionando una visión integral de la posición financiera de la compañía.
Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Los ratios financieros son elementos clave para cualquier empresa ya que son algo así como indicadores de su situación económica y contable. Además de la información que aportan de manera individual, combinados pueden sumar una información muy valiosa para mejorar la gestión de una compañía, poder tomar decisiones financieras relevantes y anticiparse ante posibles escenarios futuros adversos de manera que una entidad pueda estar en condiciones más favorables para afrontarlos.
Qué es el PER y para qué sirve
Entre los ratios financieros más relevantes cabe destacar al PER, que proviene del acrónimo inglés Price Earning Ratio. El PER mide la relación existente entre el precio y el beneficio en una organización, conectando, por ejemplo, el modo en que se valora el precio en el mercado de una acción con las plusvalías que genera durante un tiempo concreto.
Para calcular el PER es necesario dividir la capitalización bursátil de una empresa entre su beneficio neto. Si lo que se pretende es hallar el resultado concreto por título cotizado de esa entidad hay que realizar el cociente entre el precio por acción y el beneficio neto de dicha acción. Con este cálculo, se determina si un determinado valor está caro o barato en un momento dado, y su dato sirve, entre otras cosas, para conocer cuántos años de beneficios de la compañía se necesitan para recuperar el dinero invertido por la compra de la acción.
El PER puede permitir adelantar ciertas tendencias, ya que, por ejemplo, si se obtiene un número muy bajo, probablemente está indicando que ese título está infravalorado, por lo que es plausible pensar que, en el corto plazo, podría tener un aumento en su cotización. Por el contrario, si es alto, significa que está sobrevalorado, lo que invita a pensar que va a sufrir una próxima corrección en el mercado.
Otros ratios financieros destacados
- Ratio de liquidez. Sirve para conocer si una empresa puede afrontar con éxito sus compromisos de pago en el corto plazo. Para determinar su cuantía hay que sumar el dinero disponible en caja, más el efectivo pendiente de recibir por parte de los clientes y las existencias. El resultado que salga hay que dividirlo con el pasivo a corto y a largo plazo para determinar el ratio de liquidez. Un ratio de liquidez superior a 1 indica que la empresa tiene suficientes activos líquidos para cubrir sus deudas a corto plazo, mientras que un ratio inferior a 1 sugiere lo contrario.
- Ratio de solvencia. Relaciona el activo total de la empresa con el pasivo total, dividiendo el primero entre el segundo. El resultado permite saber la capacidad de una entidad para poder hacer frente a las obligaciones de pago. A diferencia de la liquidez, que se refiere a periodos cortos de tiempo, la solvencia se relaciona con un mayor espacio de tiempo. Si el ratio es mayor a 1 indica que la empresa tiene más activos que pasivos, sugiriendo una buena salud financiera. En cambio, si el ratio es menor a 1 suele implicar que la empresa tiene más deudas que activos, lo que puede indicar problemas de solvencia a medio y largo plazo.
- Ratio de Tesorería. Indica si la empresa tiene capacidad para poder responder eficazmente a las deudas que vencen a corto plazo. Se concreta mediante la suma del efectivo disponible y el dinero realizable (es decir, los bienes que se podrían transformar en dinero de manera rápida). A este resultado hay que dividir el pasivo corriente, que son los gastos que se deben abonar en un corto periodo de tiempo. Si el ratio es superior a 1 quiere decir que la empresa se encuentra en disposición de responder a las deudas, pero si es inferior indica que no es posible afrontar las deudas.
- Ratio de Capital Propio (ROE). Sirve para calcular la relación entre el capital propio de una empresa y el total de sus activos. Para calcularlo hay que dividir el patrimonio neto entre el activo total. El resultado es un porcentaje, y refleja en qué modo la empresa depende de la deuda en mayor o menor medida para financiar sus operaciones. Cuando una empresa tiene poca dependencia de la deuda, los inversores tenderán a verla con mejores ojos, mientras que un ratio de capital propio demasiado elevado pone de manifiesto que la empresa se está financiando principalmente a través de la deuda, lo que implica mayores riesgos.
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